La hipertensión pulmonar (HP) es una condición en la que la presión en los vasos sanguíneos de los pulmones es más alta de lo normal. Esto dificulta que el lado derecho del corazón bombee sangre hacia los pulmones. La HP no debe confundirse con la hipertensión arterial sistémica, que afecta a las arterias de todo el cuerpo.
La esclerodermia es una enfermedad autoinmune que afecta el tejido conectivo y los vasos sanguíneos. Se caracteriza por una producción excesiva de colágeno, lo que lleva a fibrosis (engrosamiento y endurecimiento de la piel y órganos internos).
Entre el 5% y el 15% de las personas con esclerosis sistémica (ES) desarrollan hipertensión arterial pulmonar (HAP) del Grupo 1. La HAP asociada con esclerodermia es una complicación grave y requiere diagnóstico temprano y tratamiento especializado.
Además, otras formas de HP relacionadas con esclerodermia pueden incluir:
El diagnóstico temprano es esencial para un tratamiento efectivo. Las pruebas recomendadas incluyen:
Ecocardiograma:
Pruebas de función pulmonar:
Pruebas de péptidos natriuréticos (BNP y NT-proBNP):
Cateterismo cardíaco derecho:
Las personas con esclerodermia deben realizar pruebas de detección anuales para identificar la HP antes de que los síntomas se agraven.
El tratamiento debe ser supervisado por un especialista en HP y puede incluir:
Medicamentos para la HAP:
Tratamientos inmunosupresores:
Oxigenoterapia:
Diuréticos:
Anticoagulantes:
Ejercicio de bajo impacto:
Dieta saludable:
Evitar el tabaco y el alcohol:
Control del frío:
Monitoreo de síntomas:
Manejo del estrés:
Debido a la complejidad de la HAP asociada con esclerodermia, es fundamental:
La hipertensión pulmonar asociada con esclerodermia es una complicación seria pero tratable si se diagnostica a tiempo. La combinación de tratamiento médico especializado, cambios en el estilo de vida y seguimiento regular puede mejorar significativamente la calidad de vida y el pronóstico de los pacientes.